A mi papá realmente lo conocí muy poco, pues murió en 1970,
cuando yo tenía nueve años. Su muerte fue devastadora, pues me dejó
desestabilizada.
Es muy difícil para un niño quedarse sin papá. Todos los
días te sientes en desventaja junto al resto de los niños y odias que hablen de
sus papás pues el tuyo, al que tanto admirabas, ya no está.
Mi papá era un famoso periodista de los años sesenta, que
hacía películas, escribía libros y tenía sus propios programas de televisión y
de radio. Era un hombre muy inteligente y admirado.
Lo recuerdo como mi héroe, no porque fuera tan famoso, sino
simplemente porque era mi papá. Me encantaba estar junto a él, tomarlo de la mano
o del brazo y no soltarlo, aunque estuviera comiendo. Me gustaba entrar a su
despacho, verlo teclear su máquina de escribir y aspirar el olor de su pipa.
Nos contaba historias de terror cuando íbamos en carretera,
nos acomodaba en poses simpáticas para tomarnos fotos y fue él quien fomentó mi
gusto por la lectura, al grado que decía que no fueran a dejar cerca de mí el
directorio telefónico, pues seguramente lo leería.
No recuerdo muchas de las cosas que le gustaban a mi papá,
pero hay una que no puedo olvidar: el chamoy chino, esos chabacanos que secan
en sal. Recuerdo haber descubierto una bolsita de papel debajo del asiento de
su coche, y dentro de ella, chabacanos secos.
Le robé unos cuantos y, aunque me descubrió, no se enojó,
nos ofreció más a mis hermanos y a mí. Supongo que es por eso que a mi hermano
Jorge también le gustan tanto.
Mi papá murió hace casi cuarenta y seis años, pero cuando
pienso en él, yo vuelvo a ser una niña y vuelvo a sentir el intenso amor y
admiración que sentía esa niñita de nueve años cuando miraba para arriba y veía
a ese hombre alto y guapo con la pipa en la mano y la cámara Polaroid colgada
del cuello. Lo extraño tanto como el primer día, pero ahora entiendo que, aunque
parezca que unos se van muy pronto y otros se quedan más, la verdad es que cada
quien se queda lo que se tiene que quedar y hay que disfrutar a quienes están
por el tiempo que nos sea concedido.
No comments:
Post a Comment